Cuando paseo contigo
por la calle
y tú me coges de la vida
por la mano,
yo sonrío atolondrada
como niña de colegio
en su recreo.
Cuando me llevas
a un hermoso restaurante,
y yo siento mi silla
en tu cara,
no te dejo que mires
a otro sitio;
sólo mi cara de adolescente
enamorada
|
Cuando me regalas
la tarde y
bajas el sol
hasta mis nalgas
(antes de que el fuego
queme mis rodillas),
yo duermo la siesta de adulto
entre tus ojos.
Después,
cuando la noche aprieta
mi ombligo
y tú me compras
un regalo,
yo me tumbo en la esquina
de tu boca
para morir de vieja
entre tus besos.
|