MI clase de francés.El tiempo atrás
que se llamaba escuela.
Había una muchacha que escribía
cn letra de bordado en el cuaderno,
y estaba en el rincón de la ventana.
Tenía tanta luz que daba pena
mirar el sol una vez más En el recreo
jugábamos a cosas sin ternura.
En el portal, en esas tardes de verano
desnudas como el baño del domingo, las vecinas
tejían ya un invierno anticipado,
y cómo se les iban quedando grandes
los hijos y las decepciones.
A la llegada de la noche, a veces, en un tiempo
que no podría definirse, brotaba la verbena
en nuestro barrio, y a la plaza
venía la muchacha y se quedaba
junto al puesto de dulces,
como una luna en medio de la fiebre.
Porque era su lugar, yo nunca me atreví
a saber cómo bailaba.
Mi clase de francés, si entonces era un poco
de sorpresa y cobardía,
y esperar a que el camino nos juntara,
¿por qué de huida ahora?
¿Acaso para ser féliz no basta una palabra?
Por ella,
recuerdo mi niñez como unos versos
que no voy a escribir indefinidamente.
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