Todo vuelve a ser aquello que fue,
aquella historia que devoraba el polvo
y estampó los antiguos amores que ya no nos conocen.
Aquel beso inédito
que pellizcaba mis sueños de un futuro eterno.
Vuelve a ser igual aquel precipicio
que debajo de mis pies se hizo minúsculo.
Donde yo desabrochaba tus labios
con el miedo y la impaciencia,
con aquella pasión que me impedía ser yo.
Todo vuelve a parecerse a aquella primera vez destilada
en la que ardimos abrigándonos a oscuras,
cuando nos obligó la noche.