UNO
CUALQUIERA
(extracto incluido en el libro "Tarde de moscas")
Un hombre cualquiera se esconde por pura timidez en medio
del listín telefónico. Un hombre cualquiera
es capaz de degollar a una anciana como cualquiera, pero luego
no le gusta la repercusión mediática. El es
de discretas confesiones apelando a los personajes malditos
de novelas atormentadas. Un hombre cualquiera se desespera
con los coleccionables. Su gato se pone nervioso por la falta
de espacio. Un hombre cualquiera lee versos en un blog literario
y piensa que la gente muestra sus heterónimos con demasiada
frivolidad y falta de respeto hacia la esquizofrenia.
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