La fuerza del viento es una obra pictórica de mi
autoría, un dèjavú que surgió
cuando me fuí a vivir a España y encontré
el amor de mi vida Javier, y nos casamos, unimos nuestras
vidas, nos identificamos mucho, que nuestros lugares de
orígen , el de él San Sebastián España,
y el mío Medellín, Colombia y se juntaron
dos diferentes culturas , pero nuestros horizontes coincidieron,
la montaña y el mar fueron nuestros puntos en común,
para encontrar nuestro norte.
La fuerza del viento dirigió mi amor por medio de
un vuelo que me llevó a diez mil Kilómetros
de distancia, de Sur a Norte, atravesando el océano
atlántico en dirección al norte, del atlántico
Sur al Atlántico norte.
Mi marido y yo viajamos por el Norte de España en
coche, donde comienza esta historia, pues mi marido me llevó
a San Sebastián , donde encontré un dé
javú recorriendo montañas las cuales se asimilaban
mucho con mi esencia en Medellín , Colombia , nos
alojamos en la cima del monte Igueldo, de donde se veía
esa majestuosidad del mar y la belleza de la ciudad.
Recorrimos la ciudad y fue un espectáculo pues me
identifiqué con la montaña, el horizonte del
mar y de la silueta de la topografía.
Dentro de las Estructuras Arquitectónicas me llamó
mucho la atención la obra de Moneo El Cursal que
rompía todo esquema de la arquitectura Victoriana
tan elegante de la ciudad, no era sino que llegara la noche
para ver el concepto de Moneo, esta estructura arquitectónica
estaba iluminada, como un faro, y representa los cubos rompeolas
que a través de la fuerza del viento del Mar Cantábrico,
forma olas muy altas que golpean contra la roca ,haciendo
explosiones .Mi dèjavú lo tuve cuando fuimos
a pie a la playa de Ondarreta, al final de la playa de la
Concha. Cuando observé tan Colosal obra escultórica
interactuando con la naturaleza como el viento, el mar ,
la roca , la montaña y recibí este fuerte
viento que me despeinó, me acarició, me recorrió
todo mi cuerpo, erizó mi piel, sentí por un
instante que esto lo había vivido antes y que este
fuerte viento lo sentí justo cuando nací y
respiré por primera vez y era la bienvenida al mundo
y a la vida, donde vine al mundo con mi propia esencia cuando
se chocaron dos seres que con la fuerza del viento y del
fuego mi padre y mi madre, Una explosión de del viento
con la roca, formando olas altas con el fuego del amor,
construyeron para mi unos peines del viento, que fue la
preparación para resistir los avatares de la vida
, y que esos peines me ayudarían a peinar los fuertes
vientos. La obra de Antonio Chillida , el peine del viento,
me conectó con mi origen, naturaleza y el cosmos,
y la montaña es un símbolo para subir a la
cima, y conectarme con el cielo y con Dios y el cosmos,
lo que me llevó a pintar una obra al óleo
que es plasmar con esta espectacular y colosal obra con
las emociones de una obra real en un cuadro pictórico
y ahora escribo ese dèjavú, pintado con palabras
y escrito en este libro.