Escribo
desde la honda soledad
de estas horas que me acompañan
desde tiempos inmemorables,
donde quedó mi alma atrapada.
He buscado al destino de mil maneras,
lejos de tus ojos, de tu palabra
que me condena al silencio,
de todo lo que siento
y representa la vida que me pierde
en un abismo lleno de nada.
Escribo desde las entrañas del infierno
donde habitan mis tormentos,
desde el mismo centro del averno
que arrastró toda mi existencia
hacia el horizonte,
donde he colgado mis oscuras palabras.
He buscado la salida de mi encierro,
y no la he encontrado en el viento
de la esperanza, tampoco en el duro
trajín de una paciencia
que se agota despacio,
a la luz del sonido
que nace en mis sensaciones
muriendo de hambre.