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Quiero escribirle
a tu alma, que no me dejó.
A tu compañía de sábado a la tarde.
A tus silencios, a tu risa, a tu dolor
compartido con el mío.
Quiero cantarle a tu sombra
que todavía me sigue.
A la llamarada de tu corazón,
al infierno de tus besos.
Al comienzo bajo la lluvia y el frío de julio.
A tus ojos brillosos en la noche,
a tus manos tan pequeñas...
A tu ingenuidad y tu experiencia.
Solo, descubro que me completabas.
Solo, que en mi tristeza me llenaste
y que siempre serás, siempre a mi lado,
a pesar de estar tan lejos y tan cerca. |