Trece milímetros para empezar.
El hombre y la mujer, lo que se sabe.
No es poco. La ecografía proyecta
una verdad científica sobre otra
de valor añadido: dieciséis
de agosto, dos mil qué, primera foto.
La imagen es confusa pero mira
de frente un porvenir de porvenires.
No están la edad del pavo ni las caries,
los bráckets, las dioptrías, la carrera.
El padre piensa ahora en una hombría
distinta. En la oficina y con las bromas.
La madre cuenta el cántaro y la fuente
y todo, hasta el amor, se le hace trece.