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Hombres ¡ Muertos !
Mujeres ¡ Violadas y destrozadas !
¡ Niños ! Con sus miradas de tristeza,
escuchando más de cientos de disparos,
de metralletas y mirando caer a sus . . .
¡ Padres ! Con el corazoncito hecho,
trisas y sus voces clamando justicia.
Sus mentes inocentes y confundidas,
con preguntas sin respuesta . . .
¿Por qué matan a mis padres?
¿ Por qué matan a mis hermanos?
¿Por qué matan sin piedad a toda mi familia?
¿Por qué? . . . ¿ Por qué? . . .
¿ Por qué? . . .
Por donde miraban los pobres ¡ Inocentes !
Sólo veían los cuerpos sin vida unos,
juntos o encima de otros . . . A lo lejos
ven llegar los primeros rayos del sol,
entrando en pánico; por qué aquella escena macabra
la veían con más claridad con la luz del amanecer
. . . Cuerpos de todas las contexturas. Entrelazado sus manecitas,
y
cruzando sus miradas, con sus ojitos llenos de lágrimas;
sentían que ya no recibirían, los besos, ni abrazos,
ni regaños en absoluto nada de sus, progenitores, y seres
amados, se sentían desprotegidos. Pues ya estaban ahí
caídos, sobre los caminos y la hierba, sin vida, inertes,
fríos . . . Comienzan las vocecitas
débiles de los niños, a reclamar los cuerpos
Y partes de sus seres amados. Sólo recibían
desolación completa estos angelitos, que
apenas comienzan la travesía por los caminos
de la vida . . . Y todos clamaban . . .
¡ Oh hasta cuando tanta crueldad en el mundo !
¡ Oh hasta cuando cesará nuestro sufrimiento !
¡ Oh hasta cuando acabarán las matanzas !
¡ Oh hasta cuando quedarán tantos niños
huérfanos. !
¡ Oh hasta cuando el mundo enteró soportará
tantas guerras !
¡ Oh hasta cuando veremos caer a nuestros semejantes !
¡ Oh hasta cuándo veremos caer a nuestros héroes
en combate !
¡ Oh Dios ten misericordia de tu pueblo !
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