Dime niña preciosa,
¿Por qué en mí ya no confías?
¿No te bastan mis derroches,
ni la piel que tú calcinas?
Mis palabras son muy vanas,
la tristeza falsa riña,
sin embargo, en tus perdones,
espero la verdad o la desdicha.
Te amo aunque no lo creas,
falso héroe de la historia,
villano que lengua otorga,
en lugar de asesinos compra.
No crees en mi palabra,
¿No miras la perfidia?
¡Pobre niña linda!
Unos besos ya no bastan,
soy villano de la saga,
hoy te amo como loco,
mañana cual toro en brama.
No hay sonido que someta,
tu orgullo no ubicado.
Sí tú instinto lo desea,
¡Aquí está un macho furibundo!