En
toda hoja en blanco yace confinado un poema.
No lo calla el escondedor de billetes
cuando vuelca sobre ella la miseria del mundo.
El escondedor de billetes tiene en su manos un + que crucifica.
En su mansión del haber se oye la intemperie.
El viento la lleva a todos los rincones como a una hija
en brazos.
Por las noches, a salvo, abrigado por la palabra secreto
abre la caja de Pandora y cuenta
las
lágrimas del mundo.



ENTRE
ROSAS CHINAS, ENTRE MATAS
Entre rosas chinas, entre matas,
entre jazmines, madre,
aspiro tu sonrisa.
¿Y si perforo el aire?