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CUENTOS Y RELATOS
 

evento día del padre

NUESTROS VENERABLES ANTECESORES
Autor: Manuel F. Romero Mazziotti. Tucumán Argentina

“Es destino de un viejo solitario que aquellos que le rodean se crean nuevos y distintos, y le abandonen”.
Charles Dickens.

“Los ancianos tienen tanta necesidad de afectos como de sol”.
Víctor Hugo.

“El pasado fue juventud y regocijo: el presente, nostalgia y sabiduría.”
Bárbara Apolonia Chanupiec.

“Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto;
los treinta siguientes, el comentario.”
Arthur Schopenhauer.

Siempre nos sentimos y creemos, que somos capaces de entender a los demás, de amarlos u odiarlos, sólo regidos por las circunstancias de la inmediatez y del propio proceso de razonamiento de nuestras necesidades y sentimientos, y convertir este proceso mental en nuestra nunca objetable verdad indiscutible.
Conceptualmente, es un pensamiento equivocado, y nada más alejado de la realidad.
Por lo general, (por supuesto con las muchas y valiosas excepciones de la regla), somos incapaces de entender y valorar los años de esfuerzos de los otros que nos aman, que nos permitieron la posibilidad de la cultura, educación y enseñanzas, y que nos hacen sentirnos capaces, suficientes, imprescindibles y únicos.
Los ejemplos sobran, en estos tiempos controversiales. En una porción importante de las familias, en este bendito País, los hijos habitan en la casa de sus padres. Pero a muchos de ellos les pasa que aún en su propia casa, ya ancianos, terminan considerados o sintiéndose casi como un estorbo.
Yo mismo viví en una modesta casita hasta que terminé la mía, en la casa de mis suegros. Mi querido viejo nos dejó una hermosa y grande propiedad, pero por una cuestión de principios no quise habitarla hasta que se realizó la sucesión con mi madre y mis hermanos.
Debemos justipreciar a todos esos seres que lucharon sin claudicar, ahora ancianos, aún a costa de su propia vida, que nos permitieron tener acceso a la cultura, ser libres en nuestro pensamiento y obra, a vivir con un sentido y conciencia, y a participar de los procesos de cambios de la humanidad que nos cobija.
Con ellos y sus ejemplos de vida, aprendimos a pensar, y pensando, el ser encuentra su profundidad, entendiendo también que no sólo es cuestión del pensar, sino también de realizar, y de hacerlo con la fuerza y la profundidad que sea necesaria.
También, muchos de nosotros, fuimos destinatarios privilegiados de quienes, con su ejemplo, nos enseñaron el apostolado que por principio, siempre será mejor dar, en lugar de recibir, porqué ellos ya sabían que dar, es recibir.
Y así, sentirnos plenos con nuestra alma libre, y respetar la libertad en si misma.
Siempre debemos recordar a esos queridos viejos que nos aman, o que nos amaron y ya no están, y valorar de ellos el tiempo pasado, nuestro propio pasado y el de aquellos que nos enseñaron o aún nos enseñan con su experiencia, y permitirnos con humildad y sensatez, llegar a conocernos mejor nosotros mismos, en el camino de un futuro mejor.
Y aprender de ese pasado compartido, rico en reflexiones sabias y maduras, para vivir nuestro presente y proyectar nuestro futuro, siempre aprendiendo, entendiendo, comprendiendo, enseñando. Y amando, por sobre todas las cosas.
Esto no es nada más que una reflexión, en un lapsus de mi memoria, con el recuerdo siempre presente de mi PADRE.
Este es una de los relatos del evento "DÍA DEL PADRE" de la pagina de Amigos de Maria De La Gandara que ha tenido la deferencia de cederlos para su colocación en mis Repoelas:


Yo te perdono

Nuestros venerables antecesores



Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras