Mira hacia el infinito
a un punto equidistante
de los sueños más tiernos de tus noches de amor,
y tus ratos de insomnio, tan carentes de humor
y entrecierra tus ojos con paciencia un instante.
Ahora cuenta los ratos en que tú no tuviste
un motivo siquiera que le diera a tu día
el impulso pequeño con lejana alegría
en el cual apoyarte para estar menos triste.
Luego haz un balance de tus ratos de euforia
y verás que son tantos que superan tus penas
por encima de envidias por las glorias ajenas;
limpia el odio y el caos de tu amena memoria,
grita entonces al mundo, que es tu vida exitosa,
que los sueños se agolpan compartiendo sonrisas,
que tu día no tiene sombra alguna ni prisas,
y compártele al mundo tu ilusión contagiosa.
Sé feliz, sé optimista, alimenta quimeras,
ve marcando los pasos, sé del mundo el farol
ilumina el sendero y al tomar el control
dale luz a las sombras y elimina barreras,
enarbola orgulloso tu bandera sin pausa
de hermandad y de abrazos entre toda la gente,
que domine en el mundo el valor de la mente
sé un caudillo que sigan con amor como causa. |