Sentías el mar.
Eras como él.
Viento, marea y
sonrisa viajera de gaviota.
Costa de amor humano,
escarpado acantilado frente
a horizontes de luz.
Aliento lejano
de desconocido frescor.
Tu frío doblegaba las murallas
inhóspitas…nimias.
Parpadeo de alas que hace
vibrar el alma.
Alma de poeta, horizonte
limpio de libertad,
infinito en tu frontera.
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