Un minuto en la arena y un siglo
entre las aguas.
No sólo con tiempo se escriben las palabras.
Ni tiempo
ofrecen las olas que mueren en la orilla.
La soledad teje su red y su locura. Mañana
no habrán
señales que recuerden la razón de tu
extravío.
Elige tu momento y acierta en las palabras. No dejes
que el silencio borre las huellas de tu nombre.
No trasciende el grito, ni la rabia. Un verso,
ese verso que la sangre escribe en tu garganta,
dejará entre los libros la razón de
tu existencia.
Un minuto en la arena y un siglo entre las aguas.