Mi voz no es mi voz: es mi piedra.
Gira la rueca. Cargo mi piedra hasta la cima
que siempre desciende.
Subo por la máscara, montaña de mis alientos
subo…
Sua cuique persona
A cada cual su máscara.
En este mundo sin consuelos no nos queda ni el valor
de mostrar nuestras miserias
y es por eso que canto
aun cubierto
y es por eso que yo no
me reuniré con la raza de los inmortales
y es por eso que
¡Oh, Perses!, dijo una voz antigua,
escucha la justicia y no medites la injuria
la injuria a su género de este insensato que no se
destruye hasta después
de haber penado.
(Interludio:
Don menor,
don menor,
don menor…) |