Ahora sé
ahora y sólo ahora
tan distante de tus manos
en
el espacio y en el tiempo
ya muy lejos de la tarde que escapaste hacia la niebla
esparciéndote con ella
convertida
en
partículas de escarcha
tan lejano ese otro día en que acepté
por fin
que había
algo
erróneo en mis cálculos
un indeterminado que yo no controlaba
y renuncié a toda probabilidad
hipotética
contigo
ahora me doy cuenta
al cerrar los ojos
y revivir con nitidez las mañanas de domingo
la tenue luminiscencia de los rayos de sol
que se colaban por la persiana bajada casi del todo
tú seguías abrazándome dormida
tu cuerpo
amoldado
con el mío
tu piel caliente adherida a mí
yo te admiraba y sonreía
besaba tu frente
te acariciaba el pelo con cuidado
para
no despertarte
y entendía que aquello
debía
ser la felicidad
ahora sí
por
fin
sé que no hay nada que eche más de menos
que esos instantes contigo que no habían de volver
nunca
ahora
que estoy tan cerca de la atracción del monstruo
sólo tendría que desviarme levemente
como por despiste
para
que me absorba
en el horizonte de sucesos
el tiempo se detiene casi del todo
he ahí el plazo a mi alcance
para dar con la manera de plegar las dimensiones
y abrir una puerta que me lleve de nuevo
a ese momento de felicidad
que
había de ser para siempre.