Y
ME HABLAS...
Fragmento de "La sombra del alcaudón"
Y me hablas
también de tus demonios, de las grietas
que abren tu carne,
tragaluces del alma, cárdenas
heridas que la noche desdibuja
a ingrávido bisel.
Y es la luna una copa de licor
en la noche, tupida
como toca de viuda que la oculta
a ojos de lascivos caminantes.
Nada posees más que una reliquia
de tiempo y desazón,
lucernario que agota su mezquina
claridad sobre el mármol de los templos.
Te he sorprendido en oración
bajo el sol moribundo del ocaso.
Escuchabas el canto de la tierra,
la voz manantial de las aguas,
en la luz primigenia de los astros.
Pero eras sólo un hombre en el páramo inmenso,
Extenuado de lunas,
cazador de estrellas en el mar. |