LLUEVE
(fragmento de La tierra vertical)
Llueve. Son las dos.
Me acerco a la ventana,
sin luz, aterida, rebujo de sombras
y silencios.
Sobre la plaza
vela la noche mármoles y bronce.
Hace tanto frío…
Tras los cristales
se empaña el único gozo
que podría traerme la madrugada:
las cinco en el reloj.
Avivo la lumbre
mientras cuelgas en la percha
tu abrigo
y tus secretos.
Apenas nos miramos;
nos aturdimos
con palabras corteses, evasivas…
ante los posos amargos
de dos tazas de café. “La
tierra vertical” está editada por
el Ateneo Obrero de Gijón, en la colección Deva
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