Búscame antes de que las ramas de los árboles
se queden desnudas y alfombren nuestro jardín
con sus hojas muertas.
Encuéntrame antes de que el otoño
tiña de grises mis días
y me impida encontrar el camino de vuelta.
Llámame con dulces susurros
para que tu voz me guíe entre la broza yerta.
Déjame posar mis manos sobre las tuyas
y sentir tu calor en mis horas desiertas.
Quiero vestir con suaves caricias
tus noches despiertas
y pintar de colores tus sombras funestas.
Voy a trocar en vergeles de amor
tu agostada pradera.
Prenderemos con llamas de pasión
Una imaginaria hoguera
Y serán nuestros besos la única candela.