Nada,
absolutamente nada,
infinitamente nada,
no siento nada.
Es extraño.
Quisiera sentir,
aunque fuese dolor,
por tu marcha,
pero
ni tan si quiera duele,
ni alivia,
ni alegra o entristece,
tu marcha.
Nada,
no siento nada.
Te has ido y
yo sigo aquí, sin sentir
absolutamente nada por ti.