Es cuando uno no necesita más alimento que las palabras,
caricias y besos de la persona amada, a pesar de estar varios
días sin probar bocado.
Es cuando das permiso a varios clanes formados por cientos
de coloridas mariposas para anidar y revolotear a sus anchas
por tus entrañas, convirtiendo la oscuridad en luz.
Enamorarse es no ser consciente de que mañana todo
eso se puede terminar.
Es cuando sin darte ni cuenta sustituyes en tu diccionario
más secreto y personal la palabra miedo por Puedo,
y transformar todos los tus y los yos por un único
Nosotros.
Enamorarse es reír, es confiar, es creer.
Es aplazar lo máximo posible las despedidas y tener
siempre prisa por regresar. Es necesitar estar.
Enamorarse es buscar los limites siempre y en ocasiones
cruzarlos, romper las reglas, olvidar los temores, pasar
tipex a todas esas falsas fronteras que nos dibujan y cruzarlas.
Es primero aprender a soñar juntos y después
también juntos luchar por hacerlos realidad, es despertarte
a su lado una mañana y sentir que te podrías
morir de felicidad.
Es ganar siempre, incluso cuando pierdas.