Quiero aprenderte
pero no me entras en la cabeza,
eres mi único pensamiento y aun así no te
me aprendo,
porque me quedo sin palabras y al tiempo sin aliento,
pues necesito aprenderte y no quiero hacerlo con remiendos,
con trocitos de mi alma que coserlos ya no puedo; no quiero
aprenderte así, pues si es así, no te aprendo.
Quiero estudiar de tus labios que me enseñen de
los verbos,
del verbo amar, besar, conjugar el verbo ir y cambiarlo
por estar, el verbo que es correr por el verbo pasear en
el tiempo de tu mano, el amar conjugado al no te vayas y
el verbo besar al tiempo que sea tu boca, la que me ha de
enseñar a aprenderte como quiero; así no se
me olvidara, tendré nota en todos los tiempos de
los verbos a conjugar.
Quiero aprenderte del modo que no sean las palabras las
que
descalcen tu alma, que den calor a tu piel y a tus ojos
esperanza, que sean mis ojos los que te digan lo que siento
que las palabras no existan, que se cambien por silencios,
por los silencios que gritan en mi oído por momentos,
que necesito aprenderte, aunque aprender no aprendo, pues
te adoro con el alma y me arrancas sentimientos que no sabía
que tenía y que ahora ya sé que tengo y que
me quiten la vida, si ya no te estoy aprendiendo.
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