Y me miraste,
como si toda la vida se redujera a ese instante, y tus ojos
me hechizaron, y tus palabras al oído me ilusionaron,
y tus besos me aprisionaron.
Y me encontré enamorada, perdidamente enamorada, era
tanta mi dicha, que me cegué de tal forma, que pensé
que era feliz.
Pero duró tan poco, y tus besos ahora se desvanecían,
y entre golpes y humillaciones, finalmente te conocí,
y tus disculpas, y tus regalos, disfrazaban tus verdaderas
intenciones.
Mi vida perdió los colores, y me torné gris,
insegura, el espejo reclamaba mi sonrisa...
Fui tu esclava de amor, y por amor lo di todo, y tanto de
mí, que no quedó nada, y me convertí
en una sombra...
Hecha girones un día, decidiste abandonarme, y pensé
que moriría, y en cierta forma si...
Una parte de mi murió, la que era incapaz de vivir
sin ti, de disculpar cada ofensa, y ahora ¿qué
hacer?
Por tanto tiempo fui oprimida, que no estaba segura de usar
mi libertad, necesité pegar uno a uno los fragmentos
de mí, y colorear paulatinamente mi boceto, hoy, he
reencontrado mi camino, desdibujando esa historia que me ata
a ti, hoy vuelvo a ser libre, hoy...muere tu esclava de amor...hoy
soy ¡plenamente feliz!
Hay en el mundo muchas historias así, ¡no todas
llegan a la liberación! ¡No al maltrato físico
y psicológico!
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