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¿Señora tiene posada?
Lo siento, no, ya no hay.
¿Señor, tiene lugar para dormir?
No, ya no hay.
Cierro mis ojos e imagino
que mi Cristo va a nacer,
sus padres buscan un refugio
y no tienen un lugar
que les pueda proteger.
Dejó toda su gloria allá en el cielo,
se despojó mi rey,
de toda su grandeza
y aquí en la tierra,
solo le espera pobreza.
Su bendita madre ya no puede más,
pues el niño ya tiene que nacer
y José desesperado, a un portal
de animales les ha llevado
y entre pajas y ganado
los ángeles le han cantado.
¡Qué ironía! Todos los días,
se repite la misma historia,
Jesús pregunta:
¿Hay un lugar en tu corazón,
en el que yo pueda nacer?
Y la gente responde no, no hay.
Ven, ven Cristo mío nace en mi corazón,
humilde pesebre, pero ven,
ven Cristo mío nacer a mi corazón,
está lleno de pobreza,
pues no tengo grandeza
Pero ven, ven, nace en mi corazón.
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