|
La Paz, en el mundo
Cada día, está peor,
Lo digo con impotencia,
Y, reclamó con fervor.
Los abusos e injusticias,
A la vista, de todos, se pueden ver,
La insania, de los líderes políticos,
Y, los amos del poder,
Se tapan los ojos,
Ya, no quieren ver,
O, miran hacia otro lado,
Para nada, hacer.
El cielo se obscurece!
Hay pánico por doquier,
Se disparan las armas,
Sin mirar a quien,
Caen inocentes, sin saber,
Siquiera porque.
El humo de la pólvora,
Desprendida de las armas,
Lleva al pánico y hace sentir,
En las asustadas mentes,
Se extiende por las calles,
Envolviendo a toda la gente,
Que, busca desesperada,
Refugio y auxilio urgente.
La tierra, llora su infortunio,
A punto de ser destruida,
Bombas y armas hechas,
En laboratorios químicos,
Caen en su garganta,
Creando destrucción, y
Matando las esperanzas.
Ya, ni de los pájaros,
se escuchan sus cantos,
La naturaleza muere,
Todo es un espanto;
A viva voz gritemos!
Hasta, que desgarremos
Nuestras gastadas gargantas,
Queremos la paz!,
Hagan callar las armas.
Unamos nuestras plumas,
Para decir: Ya basta!,
Basta de rencores,
De envidias, y venganzas,
Dejemos de quererlo todo,
Cada país tiene sus gracias,
Dios se preocupó de repartirlo,
Con equidad y tolerancia.
Poetas y escritores
De las naciones, hermanas,
Versemos y plasmemos, escritos,
Que, ayuden a formar conciencias,
De nuevos hombres con sabiduría,
Cuyo único objetivo, sea,
Paz para el mundo y
Para los hombres la alegría,
De saberse hermanos y cada día,
Con valor y con denuedo,
Seguir construyendo paz
Para el futuro venidero.
Sigamos escribiendo versos
De las diversas situaciones,
Como si fueran canciones
Que, taladren nuestros sesos;
Que, paren de sufrir los niños,
Y, no pasen hambre ni sed,
Roguemos a Nuestro Creador,
Que, se apiade de ellos.
La paz sea contigo y
conmigo también,
Y que, esta se instale,
En el mundo y
En todos los pechos,
Que, la Paz se escriba,
Con nuestra sangre
En el firmamento;
Sangre que brote del pecho,
De millones de corazones,
Para que todos se den cuenta
Que todos somos iguales, y
Es el mismo color de sangre,
Que fluye por nuestros cuerpos,
Sin distinciones, ni clases.
|