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Recuerdos chiquitos
de un tiempo muy corto,
recuerdos que el tiempo borrar no logró.
Recuerdo tus manos, ajadas del tiempo,
enredar tus dedos jugando en mi pelo,
con tiernas caricias que aún yo recuerdo.
Tus largos silencios mirándome absorto,
casi pidiéndole permiso a tu voz,
susurrando en mis oídos con ternura infinita,
las palabras del amor primero de un padre a su hija…
“Como
te quiero mi pequeñita”
No hubo tiempo de juegos.
Yo nací a destiempo tuyo.
Lo mostraban tus blancas canas,
tu rostro marchito.
Ya no me esperabas…
cuando se anunció mi llegada.
Más no me faltó tu ternura…
muy de noche y en silencio
llegabas hasta mi cama,
para que el frío no se colara,
dulcemente me arropabas…
acariciabas mi frente y
acomodabas la almohada.
…y un día no te vi más…
Un ángel te llevó al cielo…
me lo dijo mi mamá.
Sé que desde allí, tú me cuidas
Querido papá…
¡Yo jamás te olvidaré!
Tus caricias aún se sienten
con aquel amor primero…
Suavecitas, suavecitas… acariciando mi pelo.
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