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CUENTOS Y RELATOS

 

SER

La impresión conducía a la entrega de lo prístino. Yo no conocía ese desarmado. Creí que el fin era una débil especulación de la profecía, todos los restos óseos y hasta las cenizas habían dejado de poseerme. Principalmente descreía en un milagro para mí. Una paradoja tenebrosa ser salvada tantas veces. Por eso andaba por ahí desatándome, deshilachaba cada principio de sensación y la mantenía todo el viaje congelada para después mostrar cómo era esa estalagmita. Y cómo todas las aguas corrían dentro mío: habitándome.
Vuelve a la senda regresa a la vida, esa insistencia. Soportar es tu mejor hábito, la erosión viene a construirte. Cómo me gusta espiar. No se puede, hay que arriesgarse. Pero yo podía adivinar: si vos dibujabas en el pizarrón de tu mente un número de hasta dos dígitos yo lo descubría, y eso que odiaba en profundidad la matemática. Cuando imaginé que todo estaba cubierto y relleno de números, pensé cómo sería ser científico y no ver árboles sino cifras. Ese día supe que yo sentía el mundo en palabras, que un árbol un río una soga también hablaban. Que las paredes no sólo oían. Tuve que abandonar mi caverna de ajedrez. Y empecé a cocinar. Era más fructífero y no me daba dolor de cabeza pelar cortar oler hornear.
Todo lo que sintiera sobreviviría. Así amo.
no ver árboles sino cifras
Relatos de © Yanina Adriana Giglio,para la revista mis Repoelas:

Tiempo de reverberación ~ : ~ El sentido de la adhesión

Ser ~ : ~ Tómbolo ~ : ~ Hilacha ~ : ~ Descuido ~ : ~ Los ombligos

La felicidad, las tristezas, el asombro en el ombligo

Luchador máximo


Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras