Apura su copa de brandy y tras un suspiro trata de
decidir que es prioritario hacer. Las mujeres y los niños
primero, después los hombres de mediana edad, pero…
no hay botes para todos… ¡crash!... la copa que
había dejado al borde de la mesa cae al suelo, la inclinación
es ya exagerada.
Maldice su suerte. |
El caos reina tras la puerta. Puede oírlo. Nadie esta
dispuesto a morir allí. Por supuesto él tampoco.
Pero esta decidido a ser el último en abandonar ese
maldito barco. Sabe bien lo que tiene que hacer. Piensa en
su padre, en la ultima vez que le vió, vestido de uniforme,
en el puerto de Belfast a bordo del Titanic.
Haré que te sientas orgulloso. Susurra.
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