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Caserón antiguo de mi dulce infancia,
vividos recuerdos de días felices,
cuando ingenuamente volaba distancias
viajando por sendas de extraños países.
Alegre criatura colmada de todo,
lejanos quedaron lo días aquellos,
el patio de piedra, las voces queridas
y las escapadas en horas de siesta.
Pícaras mascotas regresan ahora,
exponiendo magías que creí olvidadas
mirando asombrada de frente al otoño,
que sin darme cuenta, viví equivocada
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