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Tiembla
hoy un corazón nuevo,
¡cómo tiembla!,
en un bosque frondoso,
animado por árboles y flores, ...
de caracolas y suaves olores.
Tiembla el corazón que se acerca
a tus delirios,
sueños enojados y reanimados,
sueños que se fueron erosionando
con el tiempo de las lluvias
y los vientos.
Resucita, corazón enajenado,
resucita en tu orbe nuevo,
y resalta entre la oscuridad
de un bosque ciego.
Un diamante te está esperando,
reluciente,
oro en su vientre,
luna evaporada de amantes,
que se hace verso en la noche
más oscura del alma.
Tengo un corazón latente,
palpitando amapolas relucientes,
que te besan con rayos amarillos
y espumas celestes.
Tengo un corazón que te ama
y te regala
su sangre en esmeralda tinta,
que te besa con labios de nubes
vaporosas y ardientes.
Tengo un corazón que se expande
y todo lo siente,
enardecido por simientes
que brotan en rimas silvestres.
Tengo un corazón de miel y caramelo,
que tiene suerte,
pues tantas veces lastimado,
y aún le sonríe a la muerte.
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