Espejos derretidos; en páginas de arena,
así son tus recuerdos; teñidos con el frío,
recuerdos que son polvo; sonido que no suena,
olvido que palpita; sin venas ni rocío.
Senderos desteñidos; en lágrimas ¡qué
pena!,
jamás tus huellas mudas; cantaron como un río,
tus huellas de emociones; de voz triste y serena,
la voz de tu silencio; tu amor que no fue mío.
Recuerdos escondidos; en tinta de espesura,
distancias de alboradas; en fresca lejanía,
recuerdos que se pierden; ausencia que perdura.
Mañana renaciente; de hermosa cercanía,
de un plácido presente; repleto de frescura,
olvido que no siente; las huellas de mi día.