La calma invadía la tierra. Sus habitantes, apacibles,
sembraban, recolectaban y celebraban con alegría sus
fiestas... Un día llegó Elqueotea, corriendo,
como siempre, pero algo más excitado. No era para menos,
bajaba de la gran montaña que preside el poblado, la
que llamamos Lamásalta. Aseguraba que desde allí
había contemplado cómo se volvía azul
la tierra. |
DONDE
NACEN LAS OLAS
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La siguiente
incursión de exploradores trajo cuatro noches de luna,
para debatir el misterio...
Habían descubierto el mar ! Aunque en nada variaban
sus vidas, tampoco ya eran las mismas. El ancho portalón
frente al horizonte del océano quedaba, tentador, entreabierto.
Esos eran los primeros tiempos, cuando comenzaban las incursiones
hacia el mar. Así fue como la Isla de la Calma se convirtió
en un puerto socorrido por navegantes y aventureros... Para
algunos olvidado, para otros añorado, de vez en cuando,
mas no siempre...
Después siguieron otras expediciones, las del mar lejano.
Ello trajo la disgregación entre las familias, unos
regresaron, sin embargo otros no. Aún es recordada
la historia de los dos hermanos entre las gentes de la isla.
Elqueotea volvía, aunque esporádicamente, de
sus viajes mar adentro. Logró hacer fortuna y pudo
elegir entre sus muchas propiedades del mejor lugar para vivir.
Sin embargo, prefirió su Isla de la Calma.
Su hermano menor, Alfinhuí, ávido de aventuras,
nunca volvió a pisar su isla, pero llegaban noticias
suyas escritas en algún que otro navío de los
que atracaban en puerto. Aunque separados, el lazo de sangre
entre los hermanos se mantuvo siempre vivo. Dicen que al final,
cuando Elqueotea iba a morir, llegó un emisario de
Alfinhuí con una misiva en la que prometía,
por fin, su regreso a la isla, con la alegría de reunirse
con su hermano y en la que refería los detalles de
la fiesta colorida para tal celebración. Poco antes
de que Elqueotea cerrase sus ojos por última vez, un
inmenso arcoiris unió el mar a la tierra, como nunca
nadie lo vió brillar !
...Pero ese fue el final. Mientras, se sucedieron más
y nuevas exploraciones...
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