Sabio en amor,
descifra tú mis brazos,
el aire de mis manos,
la lengua
que cual tigre se agazapa,
la piel de mis caderas
y la fecunda sangre que me habita.
Descíframe,
descifra tú mi vientre
hasta el último hijo no nacido,
descíframe en los dedos,
el tacto que me duele
y que goza conmigo,
descíframe las uñas,
que te hacen jirones en lo desconocido.
Descíframe en la risa,
la permanencia muda de mis huesos
y en esa flor carnívora del labio.
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