Mar, hoy te escribo
desde mi costada de fuego.
Te doy la boca
con una llamada arrebatadora
y furiosa del rio que llega
sigiloso en forma de mueca.
Cascada y remolino azulean
el horizonte lejano en calma
Detrás del árbol
se acarician dos pieles encontradas
son del aire
son del sol
de una mujer que abraza las huellas
con sus pies tiernos
llenos de vida.
Hoy te escribo esta balada del mar lejano
dándote mi boca.
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