¡Ah, estos días
están nublados! Las nubes cubren los
rayos del sol, su intensa grandiosidad, esplendor que
ciega.
Las hojas de las platas se esconden de los rayos
soleados, son plantas de sombra, inclinadas a la
oscuridad.
La cadena ya no es resistente, la cadena está rota
¡Ah, el tiempo apremia! La bestia intranquila se ha
ido a dormir.
Enhebro hilos de promesas invisibles para coser
las suturas del alma, Suturas eternas y abiertas,
sólo cosidas.
Pero el hilo no es resistente, no perdura, es especial.
Ya no se sacan los puntos de las heridas, dicen los
médicos modernos, solos desaparecen.
Pero una verdadera mujer nunca vuelve, aunque
de rodillas y con flores lo pidan, ¡Oh! No me gustaría
verte arrastrando hacía mí.
No tu cabeza a mis pies, más bien de frente
hacía a ti.
Los aullidos en soledad me espantan, más
que me propio miedo me hace temblar.
Cántame en la noche cuando tenga frío, cuando
mis pies son hielo.
Canta siempre, las sonatas me enamoran y
me hacen olvidar, los aullidos en soledad me
espantan.
Mi corazón no está enterrado, está a la
intemperie
destapado como herida al rojo vivo.
No desgarres las sábanas porque ellas cubrirán
mi
timidez añeja, por favor, por favor, dime…
¿eres sólo un hombre?
Si tengo sueño en la carretera, no me dejes dormir,
porque mi sueño se pega, mejor entonemos una
Vez más “en busca de un sueño” para
despertar
un día juntos, aunque sólo sea “tu imagen”
trastocada
en Silvio Rodríguez.
Sola quiero caminar en la arena y atravesar mis temores.
¿Eres tú mi hombre o eres sólo un nombre?
“Breve
respuesta a la melodía de
Leonard Cohen”
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