Oigo ilusa
y a destiempo
la raíz de las palabras que nos sueñan
Florecida estoy
en un mundo ardiente corresponsal de un amor que nunca acaba
Otra vez el mar me arroja
a su delirio
de cazador sin término
Transcurren los días celosos
de otros
días
ajenos
que se mueven
sin brújula:
Amor vacíame terrestre
y deja en paz
a Dios
en su ventana
Perteneciente
al poemario
"LA NOSTALGIA DE LAS HORAS" |