TIENE
QUE ESTAR AHÍ
Del
libro "El fuego hacia la luz" |
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Tiene que estar ahí,
entre el telón y la espuma
y la baba amarilla de la luz eléctrica.
Tiene que estar más allá del circuito
que nos deshace y nos traza
bajo el licor urbano de las mareas.
Tiene que ser algo más que un lunes
tras el domingo,
algo más que la m-40;
tiene que estar deshipotecado,
desacontecido,
escindido de la madeja.
Tiene que ser dorado y pasaje,
la suma oblicua de ayer y selva,
tiene que desplegarse,
como el milagro de una edad encendida,
sobre el muro del opio,
los trámites y los enemas,
sobre las cifras, sobre el amor dormido,
sobre el magnífico absurdo
de la burocracia ciega.
Tiene que desplegarse,
con las alas enfebrecidas,
hasta tocar el vértigo de las esencias.
Y cuando ruja, con su profundo corazón celestial
incendiado de cólera y ternura,
sabremos que no era un sueño.
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