Y ahora este vacío
que el tiempo ha improvisado
igual que una palabra sin sentido
o el roce de dos cuerpos en la acera.
Y ahora detenerse
y procurar la sombra y asomar
el fondo de los ojos lentamente
al borde de la vida.
Y ves
que al paso de otros como tú (que al paso
de tantos como tú), con la impaciencia
de un labio en sus inicios,
debajo del silencio fluye el agua
de un rio cualquiera.
(Alguien
te ha escuchado hablar solo y ya sospechas
de ti mismo
como quien dice en sueños
un nombre inoportuno).
Vas
sobre un puente que nada significa
dejando en sus barandas tus preguntas,
cruzas esa distancia a ningún lado
que nunca comprendiste
y vuelves distrayéndote el insomnio
como cuando acaricias mientras duerme
el rostro de quien amas.
(De "Lugares para el exilio",
(Accésit del Premio Adonais 2001) |