Si esto fuera Lisboa yo podría hacerte creer en algún
café que soy heredero de Pessoa, o rodeados por las
luces amarte y decirte que un collar de uvas blancas nos
abraza. Adoro las luces de Lisboa, redondas y descomunales,
sueño con ellas tantas noches que al despertar creo
estar allí en ocasiones. Pero no, mire donde mire
no encuentro Lisboa, y quizá tampoco encuentro lugares
más cercanos y conocidos. Busca Lisboa en tu corazón
y llena tus manos de su primavera, aquí y en mi pecho
hace frío.
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