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La muerte tocó a mi puerta
Dejo un leve sabor a tristeza,
Me miró engreída y rodeo
Mi aposento.
La muerte se burló de mí
Y en acto inteligente, me burlé de ella,
Le hice cosquillas, se tuvo que ir.
Me hizo muecas para asustarme,
Pero hicieron más efecto las mías,
la asuste yo más a ella y pálida se marchó.
La muerte engreída quiso volver,
me dejó sin aire, sin respiración
Por cortos segundos.
Estuvimos en una riña en la mitad del túnel
Ella elegía la oscuridad y yo la luz
La muerte engreída se creía vencedora.
La muerte engreída me acariciaba
Para engañarme, yo la acariciaba
A ella con la misma intención.
La muerte engreída se compadeció
De mí, de mis tiernas caricias,
Se puso a llorar y me dejo vivir.
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