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Secreto del ayer en lontananza,
qué bien con el silencio de mis días
confiesas tan feliz tus alegrías
bailando del placer su propia danza.
Si el tiempo se detuvo, en ti se lanza,
si yo mato los sueños, tú los crías,
si manos tengo yo de estar vacías
callosas, tú les brindas esperanza.
Secreto, de mi crimen el testigo,
qué va a pasar mañana si a los vientos
la lengua del amor que a nadie digo
se atreve a deshacerse en argumentos
a dónde nos iremos, viejo amigo,
con tu herida mortal y mis lamentos |
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