¡Si llueve que llueva
que a mí no me importa ná,
Yo soy el hijo el de Estrella,
¡Y me voy a emborrachar
con la Julia y la Manola!
¡La más putas del lugar!...
¡Parara, papaa,
parara, papaa…
El tiempo era un segundo que volaba,
nunca me cansaba
y apenas dormía;
el trabajo era ocio que me renumeraban…
Aún recuerdo aquellas noches
que lloviendo a cantaros,
¡En cualquier portal!
intentaba arrancar a la mujer un beso,
Siempre con mil y un sabor,
por lo improvisado del robo;
un roce,
un achuchón electrizante cuerpo con cuerpo.
Que lejos de aquellos días
están ahora mis fuerzas y mis deseos,
¡Ni por asomo!
Si lo llega a saber
¡Diez cartuchos a diario en vez de uno!...
¡Aunque la escopeta reventase!