Tengo cinco collares en mi cuello
no son joyas de Tiffany
ni esmeraldas de Colombia
tampoco son las perlas cultivadas en Mallorca
ni los fascinantes diamantes del África.
Hace un tiempo los observo en el espejo
…la voz de la nostalgia,
están impresos como rudas cicatrices,
visibles testimonios colgados en mi cuello
como los anillos de la palma de cera.
Pero mi amor,
mi amor cuando tu los besas
soy musa y diosa glamorosa
soy el brillo intenso del amanecer
y en el ocaso
en el ocaso me conviertes en la envidia de la realeza
haciendo que la luna se esconda pálida
y muerta de celos.