Con desvelo para ti fabriqué vino.
Confundiste los posos con veneno.
Para ti les robé miel a las abejas.
Sospechaste excesiva su dulzura.
Mis brazos te tendí para salvarte.
No pudiste pensar más que en dos víboras.
Y cuando te abrí mi corazón de par en par
a ciegas le clavaste la navaja.
Estuviste segura de que yo
era en verdad el asesino
REENCUENTRO
Tanta nieve se había ido acumulando
que el deshielo no encontraba sus cauces.
Una mirada y descubrí en sus ojos
la soledad incierta y el cansancio
la brusca sacudida de silenciosos paraísos
valles de música y de légamo.
Una mirada y descubrí en su cuerpo
almenas quebrantadas sobre un páramo
la decadencia de las rosas
secas heridas restañadas con pétalos violetas.
Un abrazo y descubrí en mi espalda
las garras de un milano sobre manzanas agrias.